Entendemos como problema acuciante de nuestro territorio la despoblación.  Nuestra sensibilización con el Aragón que cada vez late más despacio es plena y en Alamán & Asociados actuamos como parte de la sociedad civil en pro de la solución.

Las posibles medidas contra la despoblación siguen llenando páginas, pero no pueblos. Mucha teoría pero ninguna acción eficaz. El coma avanza hacia la irreversibilidad. El estío, aún con la mitigación que supone el retorno, siempre temporal, de viejos vecinos, sirve para reverdecer la decepción por la lamentable acción pública sobre el tema. Todos los pueblos aragoneses están a la mitad del censo que poseían hace apenas medio siglo. La buena voluntad existe por parte de todos,  pero no es suficiente si no existe acción.

En definitiva, es imprescindible la configuración integral y holística, con realismo, de una solución trasversal contra el problema.  Horizonte todo ello más que previsible de muerte de muchos pequeños pueblos y, por citar sólo uno de los problemas colaterales, pérdida de la tan necesaria custodia del territorio.

La política contra la despoblación se compone de muchos elementos. Cierto es que  cualquier medida que cualquier pequeño pueblo pueda adoptar, del carácter sectorial que sea, bien sea la explotación de un pequeño elemento de interés artístico, o de una especialidad gastronómica de la zona, etc, puede servir como pequeño paliativo de la despoblación. Pero, con ese cúmulo disperso de medidas, ¿alguien cree que vamos a solucionar el problema?.

No se trata de seguir añadiendo pequeños elementos sectoriales destinados a paliar puntuales procesos de despoblación de una zona, desconectados de todo el contexto; no se trata de seguir apostando la solución, exclusivamente, a subvenciones; no se trata de seguir orquestando charangas en Madrid y otras distintas en Zaragoza, cada una con su propia partitura y sinfonía; tampoco se trata, necesariamente, de tener que optar entre una ley exclusiva que regule las políticas de acción o una inmersión del problema en todas las políticas sectoriales y, por lo tanto, en todas las leyes que las regulan –se trata de una cuestión que meridianamente se debería de tener claro, es precisa una ley integral que analice el problema y exponga los mecanismos de solución, pero luego esa ley específica ha de impregnar el resto de políticas sectoriales y, sobre todo, ha de idear la máquina que desarrolla esa solución. De lo que se trata, y si es posible a la mayor rapidez, es de conseguir el mayor consenso institucional y social para afrontar el problema, consenso tanto en cuanto a la determinación del órgano único coordinado, transversal  e interadministrativo que haya de echarse el problema “a sus espaldas” como consenso meditado y discutido de las estrategias solutorias; de lo que se trata es de trasladar el acento solutorio de los fondos públicos al dinamismo privado, dando absoluto protagonismo, en consecuencia, no sólo a las soluciones empresariales –que pasan por la creación de proyectos autosostenibles y no perpetuamente subvencionados- sino también a los agentes empresariales; de lo que se trata es de crear la estructura dotada de relativa autonomía y suficiente despolitización para afrontar las estrategias y soluciones con la suficiente profesionalización, previsión e inmune a cortoplacismos.

No hay en el actual panorama estatal o regional motivos excesivos para el optimismo. La despoblación sigue dejando desoladas amplias zonas de nuestro territorio y, a estas alturas, todavía no se tienen ni perfiladas las rutas básicas para contraatacarla.  Las empresas radicadas, con sede central, en nuestra Comunidad, son las que manejan muchos más recursos, de todo tipo, que el Gobierno autonómico, que ha de dar autorización, impulso y tutela de la solución.

Dicho está y el tiempo se acaba, es el momento de la autosostenibilidad empresarial y emprendedora planificada e inteligente, es el momento de que la sociedad civil se erija como parte solutoria de una forma pro activa.  En Alamán & Asociados, como parte de nuestra RSC,  tenemos el compromiso filantrópico y ponemos al servicio de la sociedad un plan integral, holístico y transversal que sea el germen para la cura de la despoblación porque LA DESPOBLACIÓN SI TIENE SOLUCIÓN.